El bloque kárstico de Muniola está constituido por las calizas que se encuentran en la cabecera de la barranca de Arriaga, formando las colinas que marcan la divisoria entre los municipios de Elgoibar y Mendaro.
La barranca de Arriaga es un tanto abrupta, y los afloramientos calizos le aportan unos relieves todavía más vigorosos y unos terrenos bastante pobres. Quizá, esto explica que sea el caserío Muniola el único que existió en su interior, en pleno corazón de la barranca; aunque, curiosamente, en su periferia encontramos numerosos caseríos: Beraseta, Zabale Torre, Etxeberri Metala, Lizundia… Pero lejos de ser una barranca de pocos recursos, la barranca de Arriaga es un destacadísimo referente dentro de la actividad económica de Elgoibar por albergar un importante polígono industrial y una gran cantera.

Polígono industrial y cantera en la barranca de Arriaga
Según algunos documentos que hemos consultado, parece ser que, por lo menos desde el siglo XVIII han existido canteras en la barranca de Arriaga. Sin embargo, la generalizada explotación de sus calizas comenzó a principios de la década de los sesenta del siglo pasado, con la apertura de la cantera de Aizkoltxia que todavía continúa alterando inexorablemente la fisonomía de la barranca. Pero lo que más nos tememos es que llegue a romper la línea de cumbres que corona y delimita su cabecera, y que perdamos por ese lado de nuestro municipio el perfil de paisaje que siempre le ha caracterizado. Lo que irremediablemente ya nos ha arrebatado la cantera son las cavidades que ha ido destruyendo en su incesante avance, entre ellas las dos cavidades que el Grupo Espeleológico Morkaiko llegó a explorar en los alrededores del caserío Muniola, así como el propio caserío. Este deterioro todavía se mantiene y en los dos últimos años hemos podido comprobar como la cantera ha destruido totalmente siete nuevas cavidades y que otras cinco se encontraban destruidas en parte.

Fotografía de 1978 en la que se observa al fondo el antiguo caserío de Muniola, justo encima de la cantera de Aizkoltxia, y el nuevo caserío de Muniola, a su derecha, casi a su mismo nivel. Las dos cruces en negro marcan la posición de la sima de Muniola (abajo) y la cueva de Muniola (arriba).
El Grupo Espeleológico Leizarpe realizó otro tipo de descubrimiento en la cantera de Aizkoltxia, hacia 1985, al encontrar casualmente restos óseos entre los materiales de un desprendimiento del borde superior de lo que en aquel tiempo era el extremo sur de la cantera, probablemente tras la voladura de alguna sima. No sin cierta frustración se comprobó que el estado de los huesos era bastante deplorable, como lógica consecuencia del origen de su afloramiento; pero como algunos de los huesos aparecían recubiertos por una gruesa costra estalagmítica que certificaba su gran antigüedad, se decidió llevarlos a la Sociedad de Ciencias Naturales de Aranzadi. En Aranzadi no tardaron en confirmar nuestras sospechas e, incluso, superarlas, pues su antigüedad parecía remontarse a centenares de miles de años. Pero, al final, sólo sirvieron para demostrar que en la cantera había existido un importante yacimiento paleontológico, ya que los posteriores intentos de localizar más restos fueron baldíos.

Plano topográfico de la barranca de Arriaga en 1968. En él se recogen el antiguo caserío de Muniola y sus dos cavidades. También hemos incluido el nuevo caserío de Muniola, que se construyó a mediados de los años setenta.
Las cavidades del bloque kárstico de Muniola
De todas las cavidades que hemos hallado en la barranca de Arriaga, la mayoría dentro de la cantera de Aizkoltxia, sólo haremos mención de aquellas que hemos logrado explorar totalmente o en parte, y de las que, a pesar de estar totalmente destruidas han aportado algún elemento de interés. La cueva de Muniola fue la primera cavidad conocida de este bloque kárstico y la única que gozó de cierta popularidad, pues las demás cavidades aparecerían mucho más adelante y sólo serían conocidas y exploradas por unos pocos espeleólogos de Elgoibar. De estas últimas, debemos mencionar en primer lugar la pequeña sima que en 1973 se localízó junto al caserío de Muniola, y que sólo llegó a ser explorada en una ocasión por uno de los futuros fundadores del Grupo Espeleológico Morkaiko. En años posteriores conoceríamos la destrucción de diversas cavidades por la cantera, aunque sólo en dos ocasiones pudimos contemplar alguna porción de galería semiderruida.. Las demás cavidades del bloque kárstico de Muniola son las que hemos descubierto de finales de 2009 a principios de 2011, todas dentro de la cantera de Aizkoltxia. Desgraciadamente, de la docena de cavidades descubiertas sólo cinco han podido ser exploradas y topografiadas en gran parte. Aunque gracias a estos últimos descubrimientos hemos tenido la posibilidad de hacernos una idea del grado de karstificación de las calizas de este bloque y de su funcionamiento hidrogeológico.
De estas últimas cavidades descubiertas en la cantera de Aizkoltxia, en este estudio aparecen las que hemos bautizado con los siguientes nombres:
- cueva de los Bloques,
- cueva de las Estalactitas Excéntricas,
- cueva de los Corales,
- sima de los Torrentes,
- sima de los Huesos
- cueva de los Puentes.
La cueva de Muniola
Esta cavidad llegó a ser muy popular entre los alumnos de las primeras escuelas públicas de Pedro Muguruza, a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, gracias a las excursiones campestres que solía organizar uno de sus maestros, D. Antonio Astudillo, con el fin de visitarla. De esta manera conocieron su primera cueva los futuros fundadores del Grupo Espeleológico Morkaiko, de manos de su maestro de enseñanza primaria; y, quizá, así se despertó en ellos su afición por la espeleología.
La boca de esta pequeña cueva era una estrecha y alargada grieta por la que se descendía, prácticamente emparedado, un escalón de unos dos metros, hasta hacer pie en la parte alta de una corta rampa de tierra desde donde ya se podía contemplar la mayor parte del espacio de la caverna. En definitiva, poco más de una pequeña sala de 14 metros de largo y una anchura de entre 5 y 8 metros era lo que esperaba al visitante. Sólo las dos cortas prolongaciones que se abrían en el lado derecho, al inicio y en el fondo de la sala, ofrecían algunos metros más de continuidad ascendiendo por coladas estalagmíticas. A pesar de todo, el hecho de tener que superar la claustrofóbica grieta de acceso a la caverna tenía la virtud de hacer creer al visitante que penetraba en una espaciosa sala. Todavía algunos de nosotros recordamos los exagerados comentarios de admiración de aquellos escolares que acababan de descubrir el mundo subterráneo.
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Penetrando en la cueva de Muniola a través de su boca en forma de estrecha grieta descendente. Grupo Espeleológico Morkaiko (1975). | Vista general de la cueva de Muniola. Grupo Espeleológico Morkaiko (1975) |
El 23 de febrero de 1978, dos espeleólogos del Morkaiko realizaron una detallada topografía de la cueva de Muniola que supuso la despedida definitiva de la cavidad. Poco más había que hacer en Muniola, salvo esperar la desaparición del antiguo caserío y sus dos cavidades, y así sucedió.

Cueva de Muniola

Cueva de Muniola: Planta
La sima de Muniola
Calculamos que fue hacia 1973 cuando los futuros fundadores del Grupo Espeleológico Morkaiko encontraron esta sima en las cercanías del caserío Muniola, cuando la vecina cantera de Aizkoltxia ya empezaba a amenazar claramente su existencia. A pesar de ello, se había construido una nueva carretera hacia el caserío Lizundia, que rodeaba materialmente al caserío Muniola describiendo una pronunciada curva que había necesitado importantes desmontes para su trazado. A los futuros espeleólogos del Morkaiko, el cambio de paisaje en Muniola no les llamó demasiado la atención, pues era algo habitual en el entorno de la cantera de Aizkoltxia; sin embargo, las grietas y huecos que habían quedado a la vista en el talud rocoso que la curva había originado por detrás del caserío les atrajeron como un imán. Poco después, al pie del talud, en la cuneta de la nueva carretera, los aspirantes a espeleólogos encontraron la boca de una angosta sima bajo varios pedruscos apilados.

Boca de la sima de Muniola. Grupo espeleológico Morkaiko (1975)
La exploración de la sima recién descubierta fue llevada a cabo por Jose Manuel Tobajas, en solitario y con una buena dosis de temeridad. Amarrado a una cuerda de cáñamo fue descolgado por sus compañeros en el interior de la sima, mientras se apoyaba con pies y manos entre las paredes para descender más cómodamente. Pero, aparte de los momentos de aventura, poco más de sí dio la exploración de la sima, pues no se alcanzaron ni los 11 metros de profundidad, y lo único destacable que se encontró en su interior fue una hermosa estalagmita en su fondo.

Sima de Muniola
Cantera de Aizkoltxia en noviembre de 2009 y situación de las cavidades que se estudiaron:
- Cueva de los Bloques
- Cueva de las Estalactitas Excéntricas
- Sima de los Torrentes
- Cueva de los Corales
- Sima de los Huesos
La cueva de los Bloques
A ciencia cierta no sabemos que fracción de esta cavidad representaba el tramo de galería que pudimos explorar en noviembre de 2009, y tampoco sabemos si esta cavidad había sido accesible desde la superficie o simplemente era una cavidad interior de las calizas de Muniola. El caso es que cuando realizamos la exploración de esta cavidad, su boca quedaba colgada a unos ocho metros de altura en la pared del escalón más bajo del extremo norte de la cantera. Por tanto, para acceder a ella tuvimos que realizar una pequeña escalada hasta la repisa que formaba el auténtico suelo de la caverna. A primera vista, sólo observamos una amplia y alta galería con un gran cúmulo de bloques que dificultaba la progresión; con toda probabilidad, fruto del gran desprendimiento que había producido un notable escalón en los primeros metros del techo de la galería.
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Ascendiendo a la cueva de los Bloques | Descendiendo el cúmulo de bloques inicial |
No sin ciertas dificultades conseguimos superar el cúmulo de escombros encaramándonos, en primer lugar, a un gran bloque que cerraba toda la anchura de la galería, para descender a continuación dos grandes escalones, de cuatro y dos metros, que formaban los bloques amontonados que quedaban por debajo.
Al pie del cúmulo de bloques comprobamos que nos hallábamos en el fondo de la cavidad, la parte más alta y espaciosa de la galería, y que a partir de aquí ésta iba ascendiendo y estrechándose progresivamente. Al final, la estrechísima y alta galería aparecía totalmente colmatada de bloques en toda su altura, probablemente como consecuencia de las explosiones de la cantera.

Cueva de los Bloques

Planta de la cueva de los Bloques
La cueva de las Estalactitas Excéntricas
A finales de noviembre de 2009 exploramos esta cavidad cuya boca se abría en la pared del peldaño intermedio del escalonado extremo norte de la cantera de Aizkoltxia, a unos 130 metros de la cueva de los Bloques y a un nivel 20 metros superior.
Al contrario de la cueva de los Bloques, por debajo de la boca de esta cueva sí que se podía observar la continuidad de la cavidad a lo largo de 30 metros en vertical, en el corte producido por la cantera, lo que permitía hacerse una idea de la globalidad de la misma. En realidad, más que ante una cueva, nos hallábamos ante una sima interior de las calizas, sin acceso desde el exterior, de unos 40 metros de desnivel, cuya mitad superior se desarrollaba en rampa y la mitad inferior en vertical. A pesar de ello, como consecuencia de que ya sólo era explorable la mitad superior, la que se desarrollaba en rampa, catalogamos a esta cavidad como cueva.

Arriba, boca de la cueva de las Estalactitas Excéntricas. Por debajo, en la pared de la cantera se observan los restos de la sima de la que formaba parte.
Tras la exploración de la seccionada galería del tramo superior, a la que se accedía tras escalar un salto de 11 metros de desnivel, comprobamos que lo más destacable de la cavidad eran unas cuantas columnas y unas abigarradas aglomeraciones de estalactitas excéntricas que adornaban profusamente paredes y techo de su parte central.
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Ascendiendo al tramo superior | Columna en medio de la galería |

Estalactitas excéntricas en la bóveda de la galería

Cueva de las Estalactitas Excéntricas. Plano

Planta de la cueva de las Estalactitas Excéntricas
La sima de los Torrentes
Al mismo nivel que la cueva de las Estalactitas Excéntricas, pero justo enfrente de la cueva de los Bloques, en el lado opuesto de la cantera, encontramos esta sorprendente sima un lluvioso siete de noviembre de 2009.
Ya desde un principio comprendimos que nos hallábamos ante una sima con la simple observación de la pared de roca, fruto de la excavación de la cantera, que se alzaba sobre lo que constituía su boca en aquel momento, en la que se observaban los restos de una sima que probablemente había comunicado esta cavidad con el exterior. Además, los pozos y saltos que encontramos desde el inicio de la cavidad le seguían confiriendo la morfología de sima, a pesar de poseer dos galerías de notable desarrollo. Curiosamente, debido a las persistentes precipitaciones que se dieron durante el día de la exploración, por ambas galerías circulaban sendos torrentes que confluían en una pequeña sala, al igual que las dos galerías. Posteriormente, el único torrente resultante se precipitaba en un pequeño pozo entre bloques que daba acceso a una angosta galería descendente. Por esta galería sumidero descendimos acompañados de las aguas del torrente hasta un punto en el que la galería llegaba prácticamente a cerrarse, permitiendo a duras penas la evacuación del agua. En el momento de la exploración, el caudal del torrente que se sumía por el fondo de la sima era de unos 3 l/s.

Entrada a la sima de los Torrentes en noviembre de 2009
Durante la siguiente exploración de la sima de los Torrentes, un día soleado con ausencia de lluvias, no encontramos la más mínima circulación de aguas en el interior de la cavidad, lo que nos demostró el carácter torrencial de sus arroyos. Pero también quedaba claro que esta sima parece ser el colector principal del bloque kárstico de Muniola por encima de la zona freática, el que recoge la mayor parte de las aguas de lluvia que se infiltran en él.

Torrente más pequeño accediendo a la sala de los Estratos
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Vista general de la galería inferior y principal de la sima, por la que circulaba el mayor de los torrentes |
Tras la conclusión de nuestros trabajos en la sima de los Torrentes obtuvimos como resultados un desarrollo de 150 metros de galerías y un desnivel de 35 metros; pero teniendo en cuenta que de la sima había desaparecido su primer salto, el que a nuestro entender comunicaba con el exterior, calculamos que su profundidad original no fue inferior a 55 metros. En resumen, estamos convencidos de que la sima de los Torrentes ha sido la sima más profunda del actual municipio de Elgoibar.
Desde un punto de vista más geológico, es de destacar la que denominamos sala de los Estratos, en la que confluyen las dos principales galerías de la sima. El hecho que sea prácticamente la única sala de la cavidad le confiere un indudable interés, pero su curiosa forma de prisma rectangular nos da una valiosa información sobre su peculiar origen. Examinando los numerosos bloques de formas regulares esparcidos por su suelo pudimos comprobar que eran de naturaleza areniscosa, y no de la típica caliza recifal que se encuentra en el resto de la cavidad. La explicación de todo ello reside en un paquete de estratos areniscosos intercalado entre las calizas de Muniola de manera vertical, que ha sido erosionado dentro de la cavidad más por la acción mecánica de las aguas que por disolución. Como consecuencia de todo ello, este paquete de estratos areniscosos verticales ha originado esta curiosa sala de planta rectangular, cuya anchura coincide perfectamente con la del paquete de estratos. En el techo de la sala eran perfectamente visibles los estratos que pendían de una manera un tanto inestable y los huecos producidos por los fragmentos que ya se habían desprendiendo de ellos. Eso era lo que originaba el cúmulo de bloques que se observaba en el suelo de la sala de los Estratos, el único observable en la cavidad, que además quedaba totalmente a merced de las aguas de los torrentes y de su labor de erosión y eliminación. Un eficaz proceso de socavación que explica la formación de esta sala.

Vista de un rincón de la sala de los Bloques

Sima de los Torrentes

Planta de la sima de los Torrentes
La cueva de los corales
El 14 de noviembre de 2009 exploramos esta pequeña cavidad que se hallaba situada cerca de la sima de los Torrentes, pero a un nivel 20 metros superior. Los restos de una única galería de unos 20 metros de desarrollo es lo que quedaba de esta cavidad que estaba sufriendo una progresiva destrucción por el avance de la cantera.

Colgada en la pared de la cantera está la entrada de la cueva de los corales. También se observa una gran diaclasa oblicua, sobre la que se estructuraba la cavidad, que aparecía rellena en su parte inferior por un grueso manto estalagmítico.
Durante la exploración, la estrechez de la galería dificultó mucho nuestro avance; pero todavía lo hizo más el abigarrado concrecionamiento que llegaba a cubrir totalmente las paredes, sobre todo en su mitad inicial. Un impresionante manto estalagmitico con formas coraloides de unos 20 centímetros de espesor, del que también emergían estalactitas excéntricas, hacía prácticamente imposible apoyarse en las paredes; y como en el suelo se habría una estrecha y profunda diaclasa que tampoco ofrecía ningún apoyo, el moverse por el interior de la cavidad se hizo sumamente penoso. Sin embargo, la contemplación de la profusa decoración de las paredes hizo inolvidable aquella pequeña exploración.

Manto estalagmítico coraloide que cubría gran parte de las paredes de la cavidad

Cueva de los Corales
La sima de los Huesos
Por encima de la cueva de los Corales, en el límite superior de la cantera, encontramos los restos de una pequeña sima de unos 10 metros de profundidad. En el corte del terreno originado por la cantera se observaba lo que había sido la pared del interior de una sima, y un gran cúmulo de escombros bajo ella. Era otra más de las numerosas cavidades que hemos perdido con la cantera de Aizkoltxia, y como único consuelo nos queda el hallazgo entre los escombros de restos óseos de indudable valor paleontológico. Por desgracia, y al igual que había ocurrido en 1985 con el descubrimiento del Leizarpe, estos aparecían muy deteriorados y dispersos por efecto de las voladuras. A pesar de todo, entre los materiales recuperados hemos encontrado restos de marmota, lince boreal y, quizá los más destacables, de megacero, un gigantesco cérvido prehistórico.

Vista general de la destruida sima de los Huesos
La cueva de los Puentes
A principios de abril de 2011 encontramos la boca de esta cavidad que los trabajos de excavación de la cantera habían abierto entre la cueva de los Corales y la sima de los Huesos. Por desgracia, las voladuras habían destrozado lo que suponemos constituía la galería de su parte inicial, que, curiosamente, quedaba exactamente situada sobre la cueva de los Corales y, al parecer, se estructuraba sobre la misma diaclasa que ascendía desde ella. Por tal motivo, no nos extrañó encontrar entre los restos de esta galería las mismas maravillosas formas coraloides que adornaban las paredes de la cueva de los Corales.
Tras la enorme frustración de no poder haber contemplado lo que sin lugar a dudas había constituido una impresionante galería, iniciamos la exploración de lo que quedaba de la cavidad, y nada más penetrar en su penumbra, como consuelo, nos encontramos con una pared profusamente adornada con delicadas estalactitas excéntricas que nos entretuvieron durante un buen rato.

Estalactitas excéntricas de la cueva de los Puentes. Elgoibarko Espeleologia Taldea (1-IV-2011)
A decir verdad, nos llevó más tiempo la contemplación del hermoso panel de excéntricas que la exploración del resto de la galería; pero a pesar de su escaso desarrollo resultaba bastante espaciosa y buscando el vértice superior de su sección triangular podía llegar a superar los cuatro metros de altura. Afortunadamente, en la parte baja de la pared que albergaba las estalactitas excéntricas se abría un amplio boquete que daba acceso a otra galería, aunque para hacer pie en su fondo primeramente había que descender un escalón de metro y medio de altura. A continuación, la galería se estrechaba rápidamente y su suelo descendía bruscamente casi tres metros formando un doble escalón. Al pie de este escalón la galería conseguía su mayor altura y amplitud, pero lo más destacable en ella era una curiosa ventana que se abría en la pared derecha. A través de esta ventana se descendían cuatro metros hasta el fondo de una pequeña que sala que constituía el final de la cavidad.

Galería superior de la cueva de los Puentes. Obsérvense el suelo cubierto de bloques, la sección triangular de la galería, y la pared más blanca por detrás del espeleólogo, que en realidad es el panel de las estalactitas excéntricas
Sin lugar a dudas, lo más destacable de esta sala inferior, que se desarrollaba bajo las dos galerías superiores, lo constituyó la pared cuajada de estalactitas excéntricas coraloides que localizamos en un rincón.
Poco más deparó la exploración de la sala final, a no ser un aparatoso desprendimiento de rocas provenientes de la galería superior, la de la Ventana, que se colaron en la sala a través de una gran grieta que se abría en su techo. Este hecho nos hizo reparar en el escaso grosor de las masas de roca que servían de separación entre los tres niveles o galerías superpuestas de la cavidad, lo que propiciaba la aparición de numerosas grietas o agujeros que comunicaban unos niveles con otros. Debido a tal disposición, en algunas ocasiones tuvimos la sensación de caminar por algún tipo de puente, más que por un auténtico suelo. Por este motivo decidimos bautizar a esta cavidad con el nombre de cueva de los Puentes.

Corte de la cueva de los Puentes

Planta de la cueva de los Puentes
El sistema hidrogeológico de Muniola
Observando la notable concentración de cavidades superpuestas que se observa en el lado este de la cantera de Aizkoltxia a lo largo de unos 100 metros de desnivel, debemos catalogar el grado de karstificación de sus calizas de muy alto. Además, parece evidente que este grado de karstificación, o de existencia de cavidades y conductos, se mantiene en profundidad por lo menos hasta el no muy lejano nivel del río Deba. Por otro lado, todas estas cavidades y conductos suelen estar intercomunicados entre sí de una u otra forma, formando una especie de red subterránea de drenaje de las aguas que se infiltran en las calizas de Muniola, constituyendo lo que se reconoce como un sistema hidrogeológico. En el caso del bloque de Muniola, la circulación de aguas subterráneas no resulta ser de una gran entidad y posee un carácter claramente torrencial, debido a la limitada extensión de sus calizas, la poca altitud de sus montes y la cercanía del río Deba, el límite más claro de todo el sistema. Durante nuestras exploraciones en el bloque de Muniola, todas las circulaciones subterráneas que hemos encontrado, principalmente en la sima de los Torrentes, son torrenciales, es decir, sólo se dan en épocas de lluvia.
Buscando la surgencia final de este sistema hidrogeológico, localizamos una surgencia en la parte más baja de la cantera de Aizkoltxia, que con toda probabilidad constituye ese punto final donde la aguas subterráneas vuelven a emerger al exterior. Para realizar una comprobación definitiva tendríamos que efectuar una pequeña coloración en la sima de los Torrent, pero apenas si posee algún interés práctico.
Las observaciones que hemos realizado en esta surgencia evidencian una clara torrencialidad, y puede pasar de arrojar un importante caudal en época de lluvias a secarse en ausencia de ellas.
El Museo de Fósiles y Minerales de Elgoibar (Mufomi) ha publicado diversos artículos sobre el bloque kárstico de Muniola y sus características geológicas. Podéis verlo en los siguientes post:
- El Dique basáltico de Muniola 1
- El Dique basáltico de Muniola 2
- La sima de los Torrentes. El Dique basáltico de Muniola (3)
- Minerales de Elgoibar. La cantera de Aizkoltxia