En el artículo anterior, espeleotemas del Bajo Deba 1, hemos comentado el maravilloso mundo de las estalactitas, estalagmitas y las columnas de las principales formaciones kársticas del Bajo Deba: karst de Izarraitz, Kast de Arno, etc.. En el artículo de hoy pasaremos a describir las estalactitas tubulares que podemos encontrar en el entorno del Bajo Deba.

Estalactitas tubulares: ¿cómo se forman?

El agua de lluvia de por sí es incapaz de disolver la roca caliza, su capacidad de disolución depende de su acidez. Un experimento muy sencillo es disolver completamente una piedra caliza en salfumán (ácido clorhídrico rebajado), y el agua de lluvia logra esa capacidad al acidificarse principalmente con el dióxido de carbono atmosférico o los ácidos del suelo procedentes de la descomposición de restos vegetales. El agua así acidificada se infiltrará por las innumerables grietas de la roca caliza del karst disolviéndola y cargándose de carbonato cálcico. Este proceso que dura miles de años se acentúa a su vez con el aumento de la temperatura y una mayor cobertura vegetal, por ello en las zonas tropicales la disolución de la caliza se produce de forma acelerada. Cuando el agua de infiltración rica en carbonato alcanza una cavidad subterránea, éste se precipita al contacto con el aire originando pequeños cristales alrededor de un conducto central por el que circula el agua gota a gota. A grandes rasgos, éste sería el origen de las estalactitas, concretamente el de las estalactitas macarrón, el tipo de estalactita más básico y primario. Los macarrones pueden alcanzar varios metros de longitud y sólo crecen a partir de su flujo central, es decir sólo crecen en longitud. Cuando al flujo central se le suma otra circulación por el exterior de la estalactita, ésta aumentará de grosor dando lugar a la típica estalactita cónica o tubular.

En las fotografías siguientes podéis observar diferentes tipos de estalactitas tubulares en cuevas o simas de los ámbitos kársticos de Arno e Izarraitz.

Estalactitas tubulares. Espeleotemas del Bajo Deba 2

Nuevos macarrones creciendo en la cueva de Aitzbeltz a partir de estalactitas destruidas. Teniendo en cuenta la longitud de los macarrones y las fechas de los innumerables grafitis de la cueva, fechados hasta en 1860, les calculamos un crecimiento de unos 5 centímetros por siglo, ya que creemos que la popularidad que alcanzó la cueva en el siglo XIX trajo como consecuencia la destrucción de las estalactitas.

Estalactitas tubulares. Espeleotemas del Bajo Deba 2

Formación de jóvenes macarrones y estalactitas tubulares, e incluso de incipientes estalactitas excéntricas, Karst de Arno.

Gran estalactita compleja y cortina de estalactitas en la sima de Arrazto. En los dos casos nos encontramos ante estalactitas tubulares rugosas.

El engrosamiento de las estalactitas puede dar lugar a numerosas formas, como la de estas estalactitas con forma de ubres de vaca, Karst de Arno.

Estalactitas tubulares. Espeleotemas del Bajo Deba 2

Abigarradas piñas de estalactitas con macarrones, estalactitas tubulares, estalactitas abanderadas y pequeñas estalactitas excéntricas. Karst de Arno, Mendaro.

Los conjuntos de estalactitas pueden alcanzar un desarrollo y una complejidad que difícilmente podrían lograr ni la mayor filigrana barroca de ejecución humana. Y si a la cortina de estalactitas le sumamos su homólogo bosque de estalagmitas, el resultado final no se puede describir con palabras. Karst de Izarraitz, Morkaikoko Leizarpe Espeleología Taldea (24-X-2018)