En todas las introducciones al mundo subterráneo, indefectiblemente las estalactitas y las estalagmitas son los espeleotemas de obligada mención y los primeros que se citan. Posteriormente, siempre se indicará que la fusión de una estalactita y una estalagmita es lo que da como resultado una columna. Por ello, para ser fieles a la tradición comenzaremos nuestra incursión por el maravilloso mundo de los espeleotemas centrándonos en las estalactitas, las estalagmitas y las columnas. Eso sí, las estalactitas con las que iniciaremos nuestra exposición serán las estalactitas tubulares, las más abundantes y corrientes, las estalactitas excéntricas merecen un capítulo aparte.

Dentro del karst de Izarraitz y de su vecino karst de Arno, las estalactitas tubulares son abundantes, y cuando aparecen formando abigarrados conjuntos el efecto es espectacular. Pero tratando de buscar los máximos exponentes queremos dar nombre propio a las que tienen un desarrollo inusual, y para nosotros este precepto los cumplen con creces las grandiosas estalactitas tubulares de la Gran Sala de la sima de Pagatza.

 

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A la derecha, grandiosas estalactitas de la Gran sala de la sima de Pagatza. En el ángulo superior izquierdo se aprecia una abigarrado con junto de estalactitas tubulares entrelazadas por una maraña de estalactitas excéntricas. Fotografía: Evaristo Rodríguez. Morkaikoko Leizarpe Espeleologia Taldea (2019)

 

En cuanto a las estalagmitas, nos encontramos numerosos ejemplares y conjuntos a los largo del recorrido de numerosas cavidades del Bajo Deba, sobre todo en las de mayor desarrollo. Sin embargo, para los espeleólogos de Elgoibar son las estalagmitas de la sala de los Monolitos, en la sima de Arrazto, las que siempre nos han causado una mayor impresión, tanto por su tamaño como por su espectacular puesta en escena, en lo alto de una gran colada.

 

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Estalagmitas de la sala de los Monolitos, sima de Arrazto. Fotografía: Angel María Tobajas. Morkaiko Espeleologia Taldea (1980).

 

Las columnas también son abundantes en las cavidades del Bajo Deba, y baste como ejemplo la cueva de Aitzbeltz que en apenas 200 metros de desarrollo cuenta con más de 60 columnas.

 

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Grupo de columnas en la parte inicial de la cueva de Aitzbeltz, Mendaro. Fotografía: Evaristo Rodríguez. Morkaikoko Leizarpe Espeleologia Taldea (2018).

 

Por nuestra parte, más que por los conjuntos preferimos dejarnos subyugar por la singular belleza de algunas columnas solitarias que parecen sostener majestuosamente las arcanas bóvedas de las que nacieron.

 

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Nívea columna de la Galería de las Maravillas de la sima de Kobeta, Karst de Arno – Mutriku. Leizarpe Espeleologia Taldea (1997).