Recientemente nuestro amigo y colaborador Patxi Jato ha donado al museo de fósiles y minerales de Elgoibar MUFOMI un interesante y rarísimo fósil de equinodermo.
Este excelente ejemplar se encuentra fosilizado en una matriz de lutita atribuida a la formación que denominamos Flysch Negro y perteneciente a la época geológica que va desde el Cretácico Superior Cenomaniense hasta el Cretácico Inferior Albiense, lo que nos arroja una edad de entre 91 a 113 millones de años.
La lutita, en latín (lutum) significa lodo, son una clase de rocas formadas por sedimentos compuestos principalmente de arcillas, limos y material orgánico que se originan en los fondos marinos. Dependiendo de la cantidad de material orgánico el color de la lutita varía desde el claro con poco aporte orgánico hasta las más oscuras con mucho aporte orgánico.

Ophiura sp. 170 mm. Equinodermo del subfilum Asterozoa. ©MUFOMI. Fósil encontrado en Elgoibar, Cenomaniense – Albiense, 91 – 113 millones.
El fósil encontrado pertenece al filum de los Echinodermata (palabra procedente del griego “echino”, púa y “derma”, piel; también llamados piel dura) Subfilum de los Asterozoos y pertenecientes a la clase Stelleroidea formada por dos subclases las estrellas marinas denominadas Asteroideas y los Ofiuroideos que es al que pertenece el representante fósil que nos ocupa.
Las mayores diferencias entre las dos subclases es que en los Asteroideos los brazos son relativamente cortos y poco móviles y no irradian desde un disco central, al contrario que los Ofiuroideos que tienen los brazos delgados, muy largos, con mucha movilidad e irradian desde un disco central que separan de forma clara los brazos del animal.

Ophiopetra sp. 40mm. Alemania, Jurásico Thitonico, 140 millones. MUFOMI.
Los Equinodermos fósiles
Podemos considerar a los Equinodermos como animales muy primitivos y poco evolucionados, careciendo de cabeza, ojos y ganglios cerebrales, anatómicamente su característica más destacada es su pentarradiometria, aunque su curiosa organización y estructura los acerca más a los animales vertebrados que a los invertebrados. El registro fósil de algunas clases de equinodermos es bastante abundante pero no ocurre lo mismo con el subfilum de los Asterozoos que es muy escaso y poco representado, siendo difícil encontrar ejemplares enteros y bien fosilizados, este tipo de equinodermos no permanecen anclados al fondo marino si no que tienen libertad de movimientos, sobre todo la subclase de los ofiuroideos ya que sus movimientos y desplazamientos son los más rápidos y ágiles de todos los equinodermos móviles.
Todos los Equinodermos son animales exclusivamente marinos sin adaptación a otros medios acuáticos. Aparecen muy temprano en el registro fósil, ya que existen especies desde el Cámbrico Inferior hace más de 550 millones de años y se dividen en dos grandes grupos:
- los sedentarios llamados Pelmatozoos
- Y los que poseen movimiento llamados Eleutherozoos. A su vez también se dividen en 14 subclases diferentes, aproximadamente se acercan a 14.000 las especies fósiles descubiertas actualmente.

Ophiopina elegans, 10 – 20 mm. Jurásico de Francia. ©MUFOMI.
Los Asterozoos actuales
En la actualidad existen aproximadamente 1.800 especies de Asteroideos y más de 2.000 de Ophiuroideos. Colonizan diversos ecosistemas marinos y pueden vivir desde las aguas más someras (ya que incluso salen a las arenas de las playas y toman el sol entre las rocas costeras) hasta profundidades de abisales de más de 6.000 metros de profundidad.
Destacaremos como curiosidades algunos aspectos más inquietantes de ciertos Asterozoos, como la capacidad de poder regenerar sus extremidades si son seccionadas. Algunas especies tienen más que los cinco típicos brazos, conociéndose especies de 10 brazos, algunas de 15 y el asombroso ejemplo de la Labidiaster annulatus del océano Antártico que posee 50 brazos. Algunas son diminutas de unos pocos milímetros y las mayores pueden alcanzar los 90 centímetros. Su sistema reproductor es curioso ya que muchas son hermafroditas simultáneas teniendo ambos sexos a la vez, otras se reproducen por fisión de sus discos centrales e incluso de sus brazos o solo una mínima parte de ellos. Ciertas especies se alimentan de forma fantástica perforando las conchas de los bivalvos con una secreción ácida muy potente que produce el animal. Después su estómago se descuelga e introduce por el agujero y absorbe al indefenso molusco, una forma alucinante de alimentación de estos extraños y perturbadores animales. En el museo podemos contemplar 50 ejemplares, 15 son de la subclase Asteroideos y 35 de los Ophiuroideos, pertenecientes a diferentes épocas geológicas y de distintas procedencias.

Ophiuro actual, habita en la cueva “el Aerolito” de Cozumel en México. Foto cortesía Francisco Solís Marín.